El 4 de Febrero, se conmemora el fallecimiento de Guillermo “el Chino” Volpe, guardavidas de 22 años que intervino en un rescate en 1978 y perdió la vida. Hace 47 años se le rinde homenaje .

¿Cómo fue la historia? Guillermo Volpe nació el 18 de marzo de 1955 en San Pedro, Buenos Aires. El 4 de febrero de 1978, en el viejo “Balneario Oasis” de Playa Grande en Mar del Plata, Volpe, con 22 años interviene en un rescate junto a otros compañeros, pero terminado el salvamento todos vuelven a la costa, menos él.
Guillermo fue el primero que llegó, trabó a la víctima y luego lo siguieron sus compañeros Silvio Garíspoli, José Quesada, Eugenio Raimondi y también tuvieron la colaboración del Jefe del Sector, Alfredo Marasco. Sin embargo, Guillermo nunca logró salir y se dice que habría quedado debajo de la víctima, agarrado de sus pies. Sus compañeros regresaron a buscarlo, pero no lograron encontrarlo.
Las olas del mar que parecían inofensivas, pero en cuestión de minutos se volvieron incontrolables. El corazón de Guillermo, exhausto por el esfuerzo, no resistió. Aquel mar tan inmenso que él amaba y que lo llevó a formarse como guardavidas con tan solo 19 años, lo atrapó y se lo llevó en un instante.
La búsqueda duró dos días y medio. El 7 de febrero a las 13:00hs un helicóptero lo encuentra en la mitad de la Escollera Norte. El guardavidas Omar Sanches junto a Carlos Márquez, lo sacan del agua. Lo llamativo era que “el Chino” tenía su malla y silbato intactos. Luego del traslado a la morgue, se constató cómo había muerto: no se ahogó, sino que sufrió un infarto.
Pasado un año del trágico evento, comenzó una lucha para reflexionar sobre lo que había pasado. Esto podía volver a suceder con cualquiera de los guardavidas y se tenía que reconocer. La gente debía entender que se debía valorar más la profesión, comentaba Daniel Cesar Lugea, guardavidas y amigo de “el Chino”.

“Recuerdo que era un chico pecoso, de ojos claros, medio coloradito, flaquito y sumamente inquieto. El día de la tragedia no lo olvido más: con mi familia estábamos vacacionando en Necochea y mi papá escucha la noticia por la radio… ‘¡Es el Chino! ¡Es el Chino Volpe!’, repetía y se largó a llorar. Él tenía un año más que yo”, revive Verónica Farabollini, vecina de Guillermo.

Desde aquel momento se realiza una exhibición de rescate y una “antorchada” en la cual guardavidas de distintas playas ingresan al mar sosteniendo una antorcha encendida, iluminando la noche en memoria de Guillermo, sus valores y todo lo que dio por salvar a una víctima. Según registros oficiales, fue el primer guardavidas que falleció cumpliendo su función en un salvamento.
A 43 años del hecho, sus cenizas fueron esparcidas en el mar de Mar del Plata, en un acto que contó con numerosos colegas. Además, todos los años se llevan ofrendas florales al monolito que recuerda a Volpe, ubicado en la entrada al balneario de Playa Grande. También se rebautizó como paseo “Guardavidas Guillermo Volpe” a la calle que va desde la Avenida Patricio Peralta Ramos y Rodríguez Peña hasta el acceso a la Escollera Norte.

Con el tiempo, este reconocimiento se transformó en tradición y quedó formalmente establecido en el Convenio Colectivo de Trabajo 56/89 que rige a la actividad. Y es aquí que tenemos otro motivo por el cual existe el dilema de si el Día del Guardavidas es el 4 o el 14 de febrero. Según un error de tipeo, en el decreto quedó registrado como el día 14, aunque la comunidad de guardavidas sigue reivindicando el 4 de febrero como la auténtica fecha.
Lo importante es, más allá de la elección de cada persona, de si celebra el 4 de febrero, el 14 o ambos, conmemorar a Volpe como el verdadero héroe que fue. Recordarlo desde el lado del turista entendiendo que se debe prestar atención a las indicaciones que se dan y comprender que los guardavidas están allí para cuidarlos y también desde el lado del guardavidas, quien puede pasar por la misma situación o tener a un compañero que le suceda. Ahí, es cuando más unidos se debe estar.
Por: María Victoria Fiata.